Sexualidad
Miguel Kortsarz *
Uno de los tabúes que aun no se han podido vencer del todo, es el de la sexualidad en la tercera edad. Los avances de la ciencia lograron sin embargo que la gente viva mas, con una mejor calidad de vida.
Debido a los prejuicios sociales y al rechazo a la vejez, durante muchos años la sexualidad en esa etapa de la vida fue una cuestión relegada de los estudios médicos generando desinformación y como sabemos esta es siempre peligrosa.
Afortunadamente, esta visión de la vejez como una etapa totalmente inactiva está cambiando y hay muchos especialistas que investigan sobre esta materias; según los especialistas, la sexualidad es una de las dimensiones mas ricas de la vida y nos acompaña del principio al fin de nuestras vidas. Pero lejos de lo que muchos creen, sus manifestaciones no solo abarcan los órganos genitales sino también todos los sentidos, las emociones y los sentimientos.
Con la experiencia, la pasión, el afecto y el amor maduran pero no se acaban con la llegada de la tercera edad. La sexualidad no se jubila.
El interés que provocó el viagra, nos da la pauta de la importancia que la población tanto masculina como femenina le da a los temas relacionados con el sexo. Ahora debemos hacer una diferenciación entre el deseo sexual y la actividad sexual. El primero es de carácter psíquico y permanece siempre que haya un interés por dar y recibir afecto, en cambio la respuesta sexual física se modifica con el tiempo.
Los cambios sexuales mas importantes que se generan después de los 60 son diferentes tanto en hombres como mujeres. Y es importante conocerlos sin ningún tipo de temor o verg?enza, porque muchas de las disfunciones de la pareja se producen por no conocer estos cambios. En las mujeres se produce menor elasticidad y lubricación vaginal, sensaciones orgásmicas menos intensas, aunque placenteras y necesidad de juegos amorosos mas prolongados. En el hombre ocurre una mayor estimulación en el área genital para el logro de la erección, menor volumen eyaculatorio y ausencia de eyaculación, con orgasmos menos intensos pero igualmente placenteros.
El mantenimiento de la actividad sexual frecuente favorece la plenitud física y psíquica: Pero para eso es importante la comunicación y la búsqueda de intimidad en pareja.
* Director de la Universidad Abierta de la Tercera Edad